Publicado el lunes, 03.10.14
La terca agricultura
ALEJANDRO ARMENGOL
La agricultura cubana, a la que el gobernante Raúl Castro declaró el eje
de sus reformas económicas hace seis años, continúa sin despegar por
falta de aportes financieros y otros problemas.
Esto significa que hay que dedicar cifras millonarias a la importación
de productos agrícolas.
Las compras de alimentos ascendieron a $1,747 millones en 2013. Esto
representa $102 millones más que en el 2012.
El Ministerio de Agricultura señala que los mayores escollos en el campo
cubano son los financieros, aunque también existen "deficiencias" en el
proceso inversionista, como obras mal ejecutadas y mal uso de
tecnologías, de acuerdo a un artículo aparecido en el diario Granma.
El informe reveló que 86 empresas agrícolas terminaron el año con
pérdidas de alrededor de los $210 millones. Esto equivale a que algo más
del 20% de las empresas agrícolas cubanas no son productivas y no crean
riquezas sino generan déficits. En cualquier empresa, grande o pequeña
en el mundo capitalista, ya se estaría buscando un sustituto al
administrador, pero no en Cuba.
Los datos demuestran el fracaso de los intentos de "actualizar" el
sistema económico imperante, pero es seguro que las cifras, de por sí,
no significarán nada para la permanencia de Raúl Castro en el mando.
En Cuba ser un mal administrador del Estado no implica la necesidad de
un cambio político o de dirección.
Hay al menos una señal positiva, y es que aunque las cifras publicadas
es posible que no sean exactas, sí están más cerca de la realidad que
esos números imaginarios, de cumplimientos en la hoja de papel, que
imperaron durante las décadas que Fidel Castro estuvo al frente de la
administración cotidiana del país.
Entonces los números se escondían y era el imperio de los resultados
fantásticos y fantasmagóricos. Ahora hay una tendencia a sustituir los
mitos económicos por cierta dosis de realismo.
Lo peor del caso es que una y otra vez se escucha y lee el fracaso
agrícola, sin que se establezcan soluciones.
A finales de julio del pasado año, por ejemplo, y ante otro informe de
resultados adversos en la agricultura, se habló de llevar a cabo ciertas
reformas, pero los resultados siguen siendo pobres.
El Estado posee el 80 por ciento de la tierra y arrienda el 70 por
ciento a los agricultores y las cooperativas. El otro 20 por ciento de
la tierra es propiedad de las familias de los agricultores privados y
sus cooperativas y produce un porcentaje mucho mayor de alimentos para
la nación.
Pese a que ya se permite a los campesinos vender directamente algunos de
los alimentos que cultiva, en algunas zonas, la modernización de la
agricultura y el comercio agrícola están lejos de alcanzarse.
En primer lugar por falta de inversiones. La mayoría de la tierra aún se
ara con bueyes, no hay fertilizantes ni recursos de todo tipo para
aumentar la productividad de los terrenos. En segundo por las trabas que
aún persisten por parte de la burocracia y el propio gobierno central.
En lugar de brindarle apoyo a las iniciativas privadas, en la mayoría de
los casos el único beneficio que otorga el Estado es el de no
entrometerse. Y cuando se entromete es para censurar, reprimir y castigar.
Esta es una de las grandes diferencias entre el llamado "modelo chino" y
los pasos breves y torpes que realiza el Gobierno cubano para liderar en
algún sentido la producción agrícola.
Sin embargo, mantener el inmovilismo es simplemente continuar avanzando
hacia el abismo.
En el 2008, Raúl Castro declaró "estratégica" la producción de
alimentos, pues se importa el 80% de lo que se come. Sn embargo, la
situación no ha mejorado mucho en estos años.
En noviembre del 2009, el diario Granma sacaba a relucir una frase de
Fidel Castro sobre la falta de productividad, ¡de 1970!, para reforzar
la campaña oficial sobre ese mal en la isla.
"La productividad prácticamente se olvidó, y la improductividad es el
abismo que amenaza tragarse los recursos humanos y la riqueza del país",
clamaba el hoy retirado líder.
Pocos días antes, el Granma resaltaba que uno de los "grandes males" del
sector estatal de la agricultura cubana es "el exceso de personal
improductivo".
"La urgencia por incrementar la producción de alimentos y reducir las
importaciones ha acelerado la solución de este viejo problema que –según
el diario– engendra burocracia, eleva los costos, frena la
productividad, crea desorden e impide que el obrero mejore sus ingresos".
Ya en 1970 Fidel Castro aseguraba que "los trabajadores tienen que tomar
conciencia de este problema".
Llama la atención ese empecinamiento de los hermanos Castro, de echarle
a los demás la culpa de sus errores, pero la tierra es más terca que
ellos y sabe más, y desde hace varios siglos no hace mucho caso a los
discursos.
Source: ALEJANDRO ARMENGOL: La terca agricultura - Opinión -
ElNuevoHerald.com -
http://www.elnuevoherald.com/2014/03/10/1696936/alejandro-armengol-la-terca-agricultura.html
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