Ubre Blanca, Rosafé y las vacas enanas
septiembre 2, 2015 3:19 pm·
Lawton, La Habana, Paulino Alfonso, (PD) La mayoría de los
mega-proyectos de Fidel Castro, excepto la heladería Coppelia, no
duraron más de un quinquenio, ya que fueron paralizados por unos
pragmáticos interventores soviéticos, enviados por Nikolai Baibakov
después de la catástrofe de la zafra de los diez millones.
Hubo un proyecto que contrario a los anteriores, no fue tan costoso en
capital financiero y humano, tampoco logró resultados, y que fue sin
dudas, el más ridículo de todos.
En realidad me refiero a dos eventos que aunque acaecieron en épocas
distintas, el primero en los años 60 y el otro en los 90, se relacionan,
toda vez que ambos tuvieron un común responsable, Fidel Castro.
Durante la primavera de 1966, se empezó a acometer un plan agropecuario
que fue bautizado por Castro como el Cordón de la Habana. Según
aseguraba, este proyecto abastecería a la ciudad de La Habana de todas
sus necesidades de alimentos en no menos de cinco años.
Expresaba entonces Castro al recién inaugurado diario Granma que de ser
exitosa esa experiencia, se aplicaría también en Santiago de Cuba.
Con el "desarrollo pecuario" del Cordón de la Habana, Castro pretendía
en un término breve convertir a Cuba en uno de los mayores productores
de leche y carne del mundo.
Sin recordar que en Cuba hasta 1959 había una res por habitante y la
leche era el más abundante y barato alimento, Fidel Castro, después de
leerse el que era entonces su libro de cabecera, La mecánica de los
suelos, del francés André Voisin, ordenó acometer este otro sueño.
De esa forma, en menos de 18 meses se construyeron seis centros de
inseminación artificial, uno por provincia. El costo aproximado por
unidad sin el equipamiento tecnológico, ascendió aproximadamente a un
millón de pesos.
Se adquirió en Canadá un semental llamado Rosafé Signet a un precio
aproximado de tres millones de dólares, que sería, al decir de Castro,
el padre de un nuevo tipo de ganado, el F1 (la F era por Fidel).
El equipamiento tecnológico de casi todo este proyecto lo suministró la
firma sueca Alfa Laval. Aparte de los laboratorios, incluía la
climatización en las salas de monta para no afectar la cópula de los
animales.
También se adquirió con esta misma firma el equipamiento para una
ordeñadera circular llamada Rotolactor.
Este proyecto se pagó en un 60% en especies (mariscos, carne de res y
níquel), a un costo total de 80 millones de dólares, según me relató en
los 80, durante una guardia en nuestro CDR, un técnico en comercio
exterior que por entonces atendía ese contrato.
En el año 1972, a pesar de la archifamosa vaca Ubre Blanca, ante el
déficit de producción lechera que acusaba Cuba, los soviéticos obligaron
a la entonces República Democrática Alemana a entregar anualmente a Cuba
100,000 toneladas de leche en polvo a cambio de un complemento
alimenticio animal derivado de las mieles del azúcar llamado torula.
Por esa misma fecha, en vista de la diezmada ganadería cubana y de que
los terneros F1 no aparecían, los soviéticos decidieron crear una flota
pesquera para reponer el déficit proteico del pueblo cubano con pescado.
A pesar de este esfuerzo, hasta hoy a los niños cubanos se les suspende
la leche cuando cumplen los 7 años y la carne de res es un artículo
suntuario, lejos del alcance del pueblo.
El caso de las vacas enanas no fue un programa. Ocurrió en los años 90,
en la parte más difícil del Periodo Especial.
Una noche, el doctor Limonta, director del Centro de Biotecnología, fue
llamado por Fidel Castro a su oficina para preguntarle por qué no se
podían criar vacas enanas, de forma tal que cada familia tuviera
asegurada la leche.
Al oír esto, el Dr.Limonta pensó que era una broma y lanzó una
carcajada, lo que produjo una reacción terrible en Fidel Castro, quien
archipámpano lo destituyó de todos sus cargos y lo envió como director
del banco de sangre de La Habana.
Este incidente es del dominio de más de 100 personas, muchas de las
cuales hoy se encuentran en el exilio.
Teniendo en cuenta el caso del doctor Limonta fue que Abel Prieto se
asustó por una expresión en público de Castro, quien al ver la
preocupación de Prieto, le aclaró que era una broma. A esto el por
entonces ministro de Cultura, respondió y cito: "Sí, comandante, pero
con sus bromas hay que tener mucho cuidado".
palfonso44es@gmail.com
Source: Ubre Blanca, Rosafé y las vacas enanas | Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/ubre-blanca-rosafe-y-las-vacas-enanas/
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