¡Corre, que llegó la papa!
"Mi familia llevaba 15 días en la cola para no perder el turno que nos
dieron. Nosotros no tenemos dinero para comprarles la papa a los
revendedores"
jueves, marzo 5, 2015 | Orlando Freire Santana
LA HABANA, Cuba. -Después de dos semanas en que los vecinos de la zona
organizaron una cola, durante el día y la noche, para cuando llegaran
las papas, por fin arribó este lunes el primer camión cargado con el
tubérculo al mercado agropecuario estatal La Piña, ubicado en el
municipio Cerro.
¡Se podrán imaginar lo que se formó cuando la noticia comenzó a circular
de boca en boca! La avalancha de personas que llegaron al lugar casi
desbarata la cola previamente formada. Hombres, mujeres, ancianos y
niños salieron a toda velocidad de sus casas, con el temor de que
hubiesen traído pocos sacos de esta vianda tan versátil, la que no
prueban desde hace aproximadamente un año. Hasta varios trabajadores de
los centros laborales más cercanos— entre ellos la Unión Nacional de
Ferrocarriles, y la Escuela de Economía de Ayestarán— dejaron sus
ocupaciones y corrieron también hacia La Piña.
Se trata de una situación que se repite año tras año, después que las
autoridades sacaron la papa de la libreta de racionamiento y liberaron
su venta. Pero, a diferencia de otros renglones del agro como los
plátanos, la malanga, el boniato y la yuca, la papa no puede venderse en
los mercados de oferta-demanda operados por los particulares. Su único
comercializador es el Estado, que la sitúa en un limitado número de
placitas, y la vende a un peso cubano la libra, un precio muy alejado de
lo que indican las fluctuaciones del libre mercado. La venta está
limitada a 10 libras por persona, pero hay quienes "convencen" a los
empleados del mercado para que les vendan más cantidad, y así comprar
para sus familiares, o llenar varias jabas para revender posteriormente
la papa a aquellas personas que no deseen enrolarse en una cola tan
temeraria.
Conversamos con una señora de la tercera edad que salía del mercado con
sus 10 libras de papa. Lucía extenuada, pero satisfecha tras lograr su
propósito. "Imagínese, que mi familia llevaba 15 días en la cola para no
perder el turno que nos dieron. Yo garantizaba la cola por el día, y mi
esposo y mi yerno lo hacían de noche y madrugada. Porque nosotros no
tenemos dinero para comprarles la papa a los revendedores, que te piden
dos dólares por la misma bolsa que te venden en la placita— cinco veces
por encima del precio oficial—, ni tampoco, por supuesto, podemos ir a
la shopping de Carlos III y adquirir un paquete de papas prefritas que
vale 7,50 dólares. Oiga, eso es más de la mitad de mi jubilación mensual".
Otra mujer, ésta más joven, miraba la cola desde la acera de enfrente, y
comentaba ser amante de las papas fritas, o de una buena tortilla de
papas, pero por nada del mundo se metía en semejante matazón. Seguiría
comiendo las tortillas de huevo y cebollas solamente. Y también aportaba
una sugerencia: "Debían poner nuevamente la papa por la libreta de
abastecimientos. Ha sido un disparate venderlas por la libre, ya que así
solo la pueden comprar los coleros y los ricos. Con la libreta sabíamos
que, aunque fuera una vez al año, teníamos la papa asegurada". Y cuando
se alejaba dejó escapar una frase que solo escuchamos los que estábamos
cerca de ella: "Por supuesto, los Machado Ventura y los Díaz Canel no
tienen que pasar tanto trabajo para comerse un plato de papas fritas".
De continuar viniendo las papas a La Piña, es probable que un nuevo
voceador se incorpore a los que en mi barrio anuncian su mercancía
desafiando a policías e inspectores. Así, a las galletas con sabor a
mantequilla, los tamales, las señoritas de vainilla y el maní
garapiñado, se unirían las jabas de papa.
Source: ¡Corre, que llegó la papa! | Cubanet -
http://www.cubanet.org/mas-noticias/corre-que-llego-la-papa/
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