AGRICULTURA
Precios castristas
ALBERTO MÉNDEZ CASTELLÓ | Puerto Padre | 4 Jun 2014 - 11:17 pm.
El Gobierno experimenta en Isla de la Juventud. Vende herramientas,
abonos, implementos de trabajo… ¿A cuánto? ¿Y por qué?
Accionando conmutadores y botones en un tablero de mando, el granjero
estadounidense Warren North, de Indiana, alimentó a 400 vacas y 500
cerdos en diez minutos. Armados de baldes y horquillas, esa tarea
hubiera requerido medio día de trabajo de cinco hombres.
"Hoy día se está dando el gran paso que lleva de la mecanización a la
automatización", informó al respecto el semanario Times, en un reportaje
de 1959 titulado "La granja se automatiza".
Por esa misma época, en Puerto Padre, un finquero cubano, Julio Queral,
siguiendo los pasos del granjero North y de tantos otros, había
importado ganado lechero selecto de Estados Unidos, y ya obtenía 30
litros de leche por vaca, cuando su finca fue expropiada por la Ley de
Reforma Agraria, cubriéndose de marabú los pastizales, mientras las
vacas importadas terminaron en el matadero.
Ahora, al cabo de 55 años, para "aplicar la política aprobada con
carácter experimental en el municipio especial Isla de la Juventud", el
régimen autorizó que se haga lo que se hace en cualquier lugar del mundo
civilizado: establecer comercios donde agricultores y ganaderos puedan
comprar lo preciso a siembras, animales y a ellos mismos. Solo que en
Isla de la Juventud habrá un único vendedor, el Estado, quien en
ocasiones también será el único comprador.
De tal suerte, a partir de este primero de junio los campesinos de la
otrora Isla de Pinos están de plácemes. Equipos como los que ya en 1959
poseían Warren North en Indiana y Julio Queral en Puerto Padre, no están
a la venta en Isla de la Juventud, con todo y ya transcurren 14 años del
siglo XXI. Pero algo es algo, ¿no?
Tractores o implementos para ellos tampoco están en los comercios; pero
quienes posean los suyos, algunos con 60 o más años de explotación,
ahora podrán reponer los neumáticos y las baterías sin tener que
recurrir al mercado negro.
Machetes, hoces, limas, picos, palas, barretas, clavos y herraduras para
los caballos, y arados de vertederas, rastras de picos, cultivadoras y
carretones para bueyes sí hay; esto es, herramientas e implementos para
el trabajo manual o que, con tracción animal, todavía hace el campesino
cubano como hacían los esclavos africanos.
Un azadón vale 26.30 pesos CUP, un pico-piocha sin cabo 47.40, una pala
37.20, un rastrillo 35.60, un machete 10.30; un cubo para ordeñar las
vacas cuesta 45.50 y la cántara para que deposite la leche 186.30,
mientras que el carretón para que se le transporte sale en 2.042.00 CUP.
También está a la venta abonos, plaguicidas, medicamentos de uso
veterinario, semillas…
El kilogramo de urea, un fertilizante nitrogenado, cuesta 3.00 CUP, y
56.00 el de carbaryl, un insecticida; un bulbo de 20 mililitros de
penicilina potásica cuesta 18.00 pesos CUP, mientras que por un kg de
semillas de melón cobran 113.00 CUP.
Con todo, estos precios son mucho más bajos que en el resto del país,
sin contar que solo en el municipio especial Isla de la Juventud los
campesinos tienen estos surtidos con venta liberada.
Así y todo, las opiniones son encontradas.
"Los precios que ellos [los del Gobierno] han puesto son los de la calle
[mercado negro]. Las baterías para tractor ellos las venden entre 1.200
y 1.400 pesos, y en ese precio están en la calle, entre 50 y 60 chavitos
(CUC). Lo mismo pasa con las gomas [neumáticos]. Usted puede encontrarse
un juego de gomas delanteras 6.50-16 en 2.000 y pico o 3.000 pesos, y
eso es lo que ellos ahora están cobrando, 500 y pico o 900 y pico por
cada rueda 16. Lo mismo pasa con el abono; ellos dicen, tres pesos el
kilogramo de urea, pero es que un saco de urea tiene 50 kg y en la calle
un saco de urea cuesta 150 pesos", dice un agricultor entrevistado para
este reportaje.
"Mire, esto es ridículo. Pena debía darle a esta gente [los del
Gobierno] ponerse ahora a vender machetes, hachas, arados de bueyes y un
montón de porquerías después de 50 años cuando acabaron con todo y venir
a decir que esto es un experimento, y nada menos que en Isla de Pinos,
con el mar de por medio. ¿Por qué no lo hicieron en Bayamo o en
Camagüey? ¿Sabe por qué? Porque todo lo que de algo sirve de eso que
están vendiendo, la gente lo compra en dos días y después no tienen con
que reponerlo y se acaba el experimento", asegura un septuagenario, que
ya de muy joven trabajara en la finca paterna expropiada.
"Ridículo este experimento puede que lo sea, pero de ningún modo es cosa
de tontos, no olvide que de ridiculeces, el circo y el teatro hacen
dinero", argumenta un economista, que por años fuera directivo en una
empresa agropecuaria estatal.
Según su opinión, el principal objetivo del "experimento" en Isla de la
Juventud es "motivar sicológicamente al resto del país".
En Isla de la Juventud, a la par del suministro de insumos a precios
diferenciados, la resolución del Ministerio de Finanzas y Precios
también incrementó el valor de los productos agropecuarios en el
municipio especial.
"Pongamos un solo ejemplo, el de la carne de res en pie, la que ahora
pagarán al ganadero a 13.04 (CUP) el kilogramo, y la que solo el Estado
puede comprar y vender; saque usted cuentas y después me dice", sugiere
el exdirectivo.
Según Prontuario: Actividades Ganaderas y Agrícolas del Dr. Valdés
Hernández, "por cada tonelada de carne de res deshuesada, se necesitarán
3.335 toneladas de carne de res en pie, con 7,9 cabezas de ganado con un
peso promedio de 420 kilogramos".
7,9 cabezas de ganado con peso promedio de 420 kilogramos suman 3.318
kilos, que multiplicados por el precio de compra de 13.04, significan
43.266.72 CUP.
Salvo el caso de las dietas médicas y otros destinos que nada tiene que
ver con enfermos, el comercio de la carne de res en Cuba es en moneda
dura. Un kilogramo de carne de res primera en la Tiendas Recaudadoras de
Divisas (TRD) cuesta 9.50 CUC; esto es, 237.50 pesos CUP.
Y según Prontuario, una tonelada de carne de res deshuesada, desglosada
por piezas, rinde:
Filete: 25,8 kg
Riñonada: 67,3 kg
Bola: 49,2 kg
Palomilla: 53,9 kg
Boliche: 45,9 kg
Cañada: 76,9 kg
Stew: 135 kg
Carne segunda: 303,9 kg
Picadillo 1ra: 91,9
Picadillo 2da: 150,0
Así tendríamos que, mientras el granjero Warren North pagó 130.000
dólares de 1959 para automatizar su granja, de ahora en adelante, sin
gastarse gran cosa, con 7,9 reses por las cuales el Gobierno pagará al
vaquero en Isla de la Juventud 43.266.72 pesos CUP, conseguirá 454
kilogramos de carne primera, que luego venderá en las TRD a 9.50 el
kilo, lo que importa 4.313 CUC, o 107.825 pesos CUP, más 303,9
kilogramos de carne segunda, la que venderá en TRD a 6.50 el kilo,
importando 1975.35 CUC, o 49.383.75 pesos CUP; y súmele 241,9 kg de
picadillo, los que sin rótulo de 1ra o 2da, las TRD venden a 5.75 el
kilo, serían 1.390.925 CUC, o 34.773.125 pesos CUP.
Esto sumaría 7.679.275 CUC, o 191.981.875 pesos CUP, al actual cambio de
25 pesos CUP por 1 peso CUC.
Quedaría del lado del Gobierno la bonita suma de ciento cuarenta y ocho
mil setecientos quince pesos con quince centavos (148.715.15), y todavía
lo que es más importante: la cara de contento del vaquero, porque además
de venderle pienso libremente para el ganado, el Gobierno, que es quien
quita y pone precios, subió el de la carne de res en pie.
A este resultado del experimento en Isla de la Juventud se refería el
economista y parece que no le falta razón: no es lo mismo gobernar un
país con granjas automatizadas, que gobernar una isla experimentando con
autómatas.
Source: Precios castristas | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1401916666_8894.html
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