A la espera del pescado

A la espera del pescado
JUEVES, 25 DE JULIO DE 2013 09:19

Cuba actualidad, Santa Clara, Villa Clara, (PD) El camión que surte los
puntos de venta de pescado o sus derivados en Santa Clara es uno de los
más esperados por la población. Las personas hacen cola incluso sin
saber qué nuevos productos traerán. La inestabilidad en el horario de
llegada inquieta a los clientes. El transporte viene a cualquier hora y
muchas veces no llega.

A pesar de que Cuba está rodeada de mar, en raras ocasiones se vende
pescado en los establecimientos pertenecientes a PESCAVILLA (Empresa
estatal dedicada a comercializar pescado y sus derivados en Villa
Clara). Las esponjas de mar, que no son comestibles, por temporadas
abarrotan los puntos de venta.

En el edificio doce-plantas Riviera, en Carretera Central Banda
Esperanza, existe uno de los puntos de venta de PESCAVILLA más
concurridos de la ciudad. La masa de croquetas, con sabor a cualquier
cosa menos a pescado, y un picadillo de igual características, son los
productos que por lo general no faltan. Un departamento de control de la
calidad que se respete prohibiría su venta a la población.

La mayoría de los cubanos de a pie están obligados a echarle mano a esos
productos. Comprar frutos del mar de calidad en PESCAVILLA es una
utopía. La compra de tilapia, claria o tenca -cuando surten- se
convierte en una batalla sin igual, al menos en Santa Clara.

El futuro de los salvavidas del cubano de a pie -los huevos- es
incierto. Los huevos que se vendían a 90 centavos por la libreta de
racionamiento, ahora cuestan 1.10 pesos. La crisis del huevo nos
afectará a todos, principalmente en la capital.

Ya no se puede decir que en Cuba no existen diferentes capas sociales.
Hay marcadas diferencias entre la élite de poder representada por los
dirigentes partidistas, gubernamentales y militares de rango. Además de
los que reciben remesas del exterior, los que cumplen misiones en el
extranjero, los que trabajan en Turismo, entre otros, están los cubanos
de a pie, que son la mayoría. La clase trabajadora.

Los primeros solo van, por lo general, a las pescaderías a comprar
alimento para sus mascotas. El mismo que el cubano de a pie lleva a la
mesa diariamente.

Hace dos días, a la entrada de la pescadería del Riviera tres ancianos
fueron carnada para dos tiburones, mejor dicho para dos inspectores que
con sus caras risueñas sacaron lágrimas del envejecido rostro de la
señora de unos setenta años que vendía bolsas de nylon a peso.

Los inspectores estatales dijeron que les "pasarían la mano". Solo
aplicaron 250 pesos de multa a cada uno. El salario que devengan
mensualmente por la jubilación. Los "tiburones" no decomisaron las jabas
ni los limones. Entraron a la pescadería y se fueron por detrás con los
portafolios abultados.

Uno de los ancianos fue a parar a la cercana policlínica Marta Abreu.
Tenía dolor en el pecho. El médico de guardia constató que su presión
arterial estaba elevada.

Un rato después todo volvió a la normalidad: los transeúntes iban y
venían, miraban la desolada pizarra informativa de PESCAVILLA y
continuaban. Solo los más asiduos coleros, o mejor dicho los más
necesitados, en su gran mayoría ancianos, continuaban a la espera del
camión.

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Source: "A la espera del pescado | Cuba noticias actualidad.Periodismo
independiente." -
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