Filete de res, picadillo de soya
VICTOR ARIEL GONZÁLEZ, La Habana | 14/02/2015
Esta parábola está dedicada a los teóricos del régimen cubano, maestros
del relativismo moral que intentan redefinir los conceptos de
democracia, libertad y derechos humanos. Por más que quieran hacer creer
otra cosa, filete de res es filete de res. Sólo me queda disculparme con
los vegetarianos que creen en la democracia, quizá no muy contentos con
los símbolos utilizados para esta historia.
El restaurante no tenía cola afuera, así que el caminante se aventuró a
entrar. Sabía que contaba con poco dinero para saciar el hambre, pero
como todo establecimiento gastronómico estatal que se respete ofrece pan
con croquetas, sospechaba que podría al menos entretener el estómago.
Quizá más tarde encontrase algo mejor.
Leyó la tabla-menú apoyada sobre el mostrador, en el que también
descansaban cientos de moscas casi muertas del aburrimiento. Detrás
había un dependiente con poca o ninguna disposición de atenderle. "¿Qué
es esto?" Preguntó el caminante hambriento, señalando hacia una oferta
donde se leía claramente "Filete de res de primera".
"¡Filete de res de primera!", respondió de muy mala gana el empleado del
lugar. El recién llegado había escuchado alguna vez que esa comida
existía, pero jamás la había probado porque su salario lo más que le
permitía era pegarse a los mostradores de las tiendas y soñar con que
tenía los 11,25 CUC para llevarse un kilo de aquella exótica carne. Lo
más increíble ahora, era el precio de aquella oferta en un restaurante
estatal, tan económico para su bolsillo pagado por el Estado.
Entonces pidió el filete de res y se sentó. Pensó que sería mejor que
las croquetas suyas de cada día. De cualquier forma, pocas cosas
hubiesen logrado ser peor que aquellos habituales zurullos, difíciles de
despegar de las encías una vez masticados.
Pasaron pocos segundos y le trajeron un plato humeante. Antes, le habían
facilitado un cuchillo y un tenedor, los cuales hubo de limpiar con su
propio pañuelo. Pedir servilletas aquí significaría pecar de payaso y ya
era más que suficiente con un salero en la mesa.
Cuando tuvo su comida delante y el camarero se marchó para el rincón
detrás del mostrador, miró el plato y seguidamente a su alrededor
repetidas veces, como buscando desesperadamente ayuda en el restaurante
vacío. "¿Esto es el filete?", preguntó el comensal. Ante la respuesta
afirmativa del camarero, pidió ver al cocinero; luego solicitó ver al
administrador y todos, absolutamente todos los que tenían que ver con lo
que parecía un chiste –exceptuando los responsables a los que no se
puede pedir explicaciones así como así–, le juraron que aquello era lo
que él había pedido, tal como lo había pedido: filete de res, de vuelta
y vuelta.
Resignado, volvió a mirar su festín. Un pequeño promontorio del
picadillo de soya más infame que alguien pudiera imaginar se alzaba
enfrente de él. No tenía sazón y estaba poco cocinado. Olía horrible.
Sin embargo, él no podía demostrar que no se trataba de un filete de
res. ¿Cómo, si jamás probó uno?
No quiso darle más vueltas al asunto. En vez de tratar de convencerse de
que no era un engaño, decidió aparentar que había caído en la trampa. Y
ante la mirada hostil de sus anfitriones –le habían rodeado a medida que
venían a verle– probó un par de bocados, esforzándose por tragar rápido,
casi sin masticar. Hasta utilizó el cuchillo para cortar, como si fuera
un filete de verdad y no un vulgar picadillo de soya lo que se estuviese
comiendo.
"¡Uf, verdad que esta carne alimenta! Mira eso, ya estoy lleno", dijo el
desconocido después del tercer "pedazo", o más bien tercer round . Se
disculpó por no acabarlo todo, agradeció el interés del personal por
satisfacer sus dudas y su apetito, se levantó y marchó. Pero mientras
salía de allí, ahora con el hambre sustituida por una sensación de asco,
se prometía que alguna vez iba a probar un filete de res y sabría
distinguirlo aunque hoy no supiera de qué se trataba tal cosa.
Source: Filete de res, picadillo de soya -
http://www.14ymedio.com/blogs/a_pie_y_descalzos/Filete-res-picadillo-soya_7_1725497434.html
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