La Asamblea Nacional y la vida real
ROSA LÓPEZ, La Habana | Diciembre 17, 2014
La entrega de tierras en usufructo no ha dado los resultados esperados
Los extensos espacios que la prensa oficial brinda a las actuales
sesiones de la Asamblea Nacional contrastan con los pocos comentarios
populares sobre el asunto. No parece existir un verdadero interés de
parte de los ciudadanos por lo que ocurre en el capitalino Palacio de
las Convenciones. Y tampoco muchas esperanzas.
En paralelo a las discusiones de los parlamentarios, en la calle parece
seguirse una agenda propia de debate. Mientras la Comisión de Atención a
los Servicios aplaude la ampliación de "formas no estatales de gestión
en la gastronomía", los problemas lastran a las más de tres mil
entidades del comercio interior que ya no están gestionadas por el Estado.
En un recorrido por varias de ellas afloran más deficiencias que logros.
La falta de insumos, los elevados costos de las materias primas y la
carencia de una cultura administrativa y empresarial, entre otras
razones, coartan el alcance de esos negocios. Por otra parte, su
aparición no ha significado una baja en los precios de las ofertas
gastronómicas, lo que han terminado por reconocer los diputados de la
Asamblea Nacional.
Ahora, hacerse un pelado, comerse una pizza o reparar unos zapatos son
servicios de fácil acceso en cada punto de la geografía nacional. No
obstante, mantener esas ofertas implica para sus gestores un costo
sobrehumano en recursos y energía. Muchos de ellos aguardan por una
reducción de las tasas impositivas y de los pagos por arrendamiento de
locales, además de insistir en la creación de un mercado mayorista.
Sin embargo, la potestad de la Asamblea Nacional se pone a prueba ante
tales dificultades, pues sólo se ha sugerido la necesidad de concertar
contratos "directamente con proveedores de diferentes productos" y
"revisar el precio aprobado para algunos insumos". Nada apunta a que se
decidirá en esta sesión parlamentaria un nuevo marco de funcionamiento
con mayores facilidades comerciales y menos ataduras para estas
cooperativas.
Hasta el momento, el pleno ordinario de este año se asemeja más a un
muro de los lamentos que a un cónclave para encontrar soluciones. Entre
las lágrimas derramadas se encuentra el reconocimiento de que l as
tierras entregadas en usufructo no han cumplido con el objetivo de
"contribuir a aumentar y dinamizar las producciones agrícolas en el
país". La comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos señaló que
esos pobres resultados se deben a la "insuficiente e inadecuada
explotación".
Los campesinos, especialmente aquellos de sectores sensibles como el
tabacalero y el ganadero, han perdido las esperanzas de que de una cita
como esta salga una revisión de los precios en los que el Estado tasa
sus productos. La baja valoración de sus hojas o sus animales
desestimula la productión y alimenta una intrincada red de ilegalidades.
La puesta al día en el pago de indemnizaciones por desastres
climatológicos y otros problemas también lleva años en la agenda sin
encontrar una efectiva respuesta por parte de las autoridades.
El rosario de las dificultades es demasiado largo para profundizar en él
en los pocos días en que se reúnen anualmente los parlamentarios
cubanos. Quizás por esa brevedad, que los obliga a la simplicidad en los
análisis, el resultado final es un voto unánime ante cada proyecto
presentado. De esa falta de capacidad de decisión y de esa monolítica
forma de decidir se deriva la apatía con la que la gente responde a las
sesiones de la Asamblea Nacional.
En la vida real, muchos se saltan las reglas para que sus pequeños
negocios sobrevivan. Los parlamentarios lo saben, pero siguen legislando
al margen de la realidad.
Source: La Asamblea Nacional y la vida real -
http://www.14ymedio.com/nacional/Asamblea-Nacional-vida-real_0_1690030983.html
No comments:
Post a Comment