Lo que te den, cógelo
octubre 10, 2012
Erasmo Calzadilla
HAVANA TIMES — En casi todas las panaderías donde se despacha el
pancito nuestro de cada día los dependientes manosean el "producto"
con las mismas manos con que manipulan los billetes y las monedas.
Incluso en tiempos como estos, de epidemias diarreicas y escasez de
medicamentos, la práctica resiste.
Hace poco, en la panadería que me corresponde, una vendedora de rudo
carácter estornudó sobre sus palmas; se limpió luego en la ropa y con
la misma siguió despachando.
Y es normal que eso pase en pueblos que no conocen de microbios
patógenos ni de medidas higiénicas elementales; lo "extraño" es que
también suceda en Cuba.
La gente aquí sabe que eso es una cochiná. A nadie le gusta que le
manoseen la comida pero nadie protesta. ¿Por qué razón?
Parece que la resignación se ha instalado como "valor" cultural de
nuestro pueblo. Eso, y una especie de populismo totalitario que juzga
mal a los que se distinguen de la masa.
Si un yuma nos regala un jabón, o se nos impide la entrada a un hotel,
todavía puede que vibre una fibra de orgullo nacional, pero el
maltrato propinado por las instituciones estatales se asume como un
inevitable fenómeno de la naturaleza. Estamos tan acostumbrados a que
nos pisoteen que a menudo ni cuenta nos damos.
La aniquilación del orgullo y la dignidad personal es un arma clave de
dominación en este y en cualquier sistema. Su recuperación será pues
la señal de que las cosas están realmente cambiando.
En otras palabras: el día que usted vea a la gente en la panadería
reclamando, como lo más natural del mundo, que no le manoseen el pan,
ese día usted podrá decir que a esta moringa le queda bien poco.
http://www.havanatimes.org/sp/?p=73165
No comments:
Post a Comment