Thursday, January 21, 2016

Cuba, la isla que no come pescado

Cuba, la isla que no come pescado
"Del mar, solo nos toca el miedo de emigrar en una lancha", dice un pescador
jueves, enero 21, 2016 | Roberto Rodríguez Cardona

GRANMA, Cuba.- La desaparición del pescado de los mercados cubanos es un
tema más espinoso que el pescado mismo. La población lamenta su ausencia
sugiriendo causas; la versión más rotunda la cuentan los mismos
pescadores, que día a día surcan el mar, tratando de pescar sin artes y
arriesgando su vida en viejas embarcaciones.

La pesca es una de las actividades económicas más tempranas de muchos
pueblos del mundo y el pescado una fuente básica de alimentación. En la
actualidad cubana, dejó de satisfacer las necesidades alimenticias de la
población y pasó a generar divisas por concepto de exportación.

"En Cuba no se ha dejado de pescar, lo único que cambió fue el destino
del pescado, ahora es para los 'yumas' porque pagan en 'fulas'. Nosotros
comemos pescado de agua dulce, machuelo y 'subproductos' (…) Del mar,
solo nos toca el miedo de emigrar en una lancha", explica el joven
manzanillero Sydney Jorge Fiol López.

En la actualidad, la técnica de pesca más productiva en Cuba es el
Sistema Combinado, que permite amplitud de formas de pesca con escasos
recursos. Los barcos de la flota pesquera oriental son de tamaño mediano
y pequeño, con una sola cubierta y poca solidez y fuerza. Por esas
características se alejan poco de la plataforma costera.

El estado de las embarcaciones que llevan los pescadores a los bancos
de pesca de alta mar, puede calificarse de regular a malo. Sufren
roturas frecuentes porque casi todos sobrepasan el tiempo recomendado de
explotación y casi ninguno cuenta con botes salvavidas o de maniobras.

Paradójicamente, en el astillero de Manzanillo en esta misma provincia,
fabrican barcos de fiberglass, pero estos también son destinados a la
exportación y raramente se le asignan a la flota local.

"Por más que nos esforzamos en mejorar el aparejo, cada vez es peor,
porque las pocas artes de pesca que tenemos son viejas, tienen roturas y
hay que repararlas casi a diario, así no se puede coger el peje. Aquí
no hay sobre explotación, por el atraso y el olvido que tiene la
empresa, que no se preocupa por sustituir esos barcos viejísimos, ni
garantiza las artes de pesca", dijo un marinero que solicitó no ser
identificado, temiendo perder su empleo.

Otro pescador que le acompañaba informó que "la producción por lo
general ya está conveniada y vendida a otros países o al turismo,
incluso antes de la captura, aun así a veces tenemos que salir sin hielo
para conservar el pescado y estamos obligados a volver al muelle el
mismo día, para descargar y no perder la producción".

La forma de pago por captura entregada beneficia los pescadores en
activo. Un porcentaje del salario se les paga en CUC, aunque
primeramente se le descuenta en esta misma moneda todos los gastos
generados durante el mes, incluyendo el combustible, víveres y agua
potable; el resto se distribuye según el rango de cada marinero.

En cambio, los imposibilitados de salir por rotura de la embarcación,
falta de hielo o combustible, quedan sin respaldo salarial, hasta tanto
se incorporen a la faena pesquera. En ocasiones pasan varios meses sin
cobrar, mientras duran las reparaciones.

Una señora de la comunidad costera de Cabo Cruz refiere al respecto: "El
año pasado, al barco de mi vecino se le rompió el casco en alta mar y
por poco se hunden, válgale que otro barco andaba cerca y les remolcó a
tiempo, el barco estuvo de reparación en el varadero de Niquero un año
entero (…) En todo ese tiempo mi vecino no cobró ni un quilo (centavo),
ni siquiera lo reubicaron para que se pudiera ganar algún dinero para
sobrevivir mientras tanto".

La pesquería por particulares también ha mermado, las innumerables
restricciones se han convertido en un obstáculo infranqueable para la
nueva generación de jóvenes pescadores; permisos, propiedades,
licencias, regulaciones, carencias y un sinnúmero de limitaciones para
obtener pequeñas embarcaciones y su posterior legalización.

El objetivo de la pesca industrial es lograr un gran número de capturas.
Para ello, se necesita capital para equipar los barcos e investigar
nuevos sistemas de pesca, tecnología avanzada para aumentar el volumen
de capturas e infraestructura portuaria donde desembarcar y distribuir
las capturas. La rudimentaria flota pesquera cubana carece de todas.

"Las esperanzas de ver servido un plato con el apetitoso y nutritivo
alimento se desvanecieron", comenta Luis Elio de la Paz, otro
manzanillero entrevistado, que mira el mar con tristeza mientras dice:
"Ninguna receta culinaria puede ingeniárselas para revertir la
conversión estatal del pollo por pescado, que raquíticamente distribuyen
por la canasta básica. De las pescaderías solo quedan los recuerdos y el
nombre (…) El pescado que comemos los manzanilleros, tenemos que
comprarlo en el mercado negro y una libra vale más que un día de
salario". Sobre el pescado que captura la flota, sentencia: "ojos que te
vieron ir, jamás te verán volver".

Source: Cuba, la isla que no come pescado | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/cuba-la-isla-que-no-come-pescado/

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