Agricultura
La zafra 2012 o el último aldabonazo
Dimas Castellanos
La Habana 08-06-2012 - 11:52 am.
Raúl Castro se propuso aumentar la producción de azúcar, pero el millón
y medio de toneladas programadas para la más reciente molienda (una
cifra producida en el siglo XIX) no se cumplió.
Central azucarero en Calimete, Matanzas. (REUTERS, 2011)
"Tal parece que cada año es la primera zafra que va a hacer el país.
Todos los años empezamos a aprender y llevamos más de 200 produciendo
azúcar. Si estamos hablando de la necesidad de cambio, lo primero que
tenemos que cambiar es esa rutina". Así comienza Atajar los problemas y
no esperar la autopsia, reporte de Sheyla Delgado Guerra publicado el
lunes 30 de mayo en el diario Granma.
Los Lineamientos de la Política Económica y Social, aprobadas en el VI
Congreso del Partido Comunista en abril del pasado año, se propusieron
entre las tareas centrales, incrementar la producción de azúcar y los
derivados de la caña, una rama de la economía donde se supone que Cuba
tiene una larga experiencia acumulada. Sin embargo los resultados de la
zafra 2011-2012 confirman el fracaso de dicho propósito.
La contienda, programada para producir 1.450.000 toneladas de azúcar
(una cifra que se producía a finales del siglo XIX) y terminar la
molienda el 30 de abril —a pesar de que contó con la materia prima
suficiente y con el 98% de los recursos contratados para su ejecución—,
presentó, como dice Sheyla, las mismas deficiencias anteriores: roturas
industriales, interrupciones operativas, dificultades en el suministro
de la caña, molidas inestables, envejecimiento de la materia prima, mala
calidad de las reparaciones de la maquinaría agrícola, arrancadas
tardías, deficiente preparación técnica del personal y mal
aprovechamiento de la capacidad potencial, lo que ha causado que la
molienda no haya terminado en la fecha fijada por la planificación
centralizada ni se alcance la cifra programada.
Así se ha confirmado en la reunión de balance de los resultados,
celebrada 29 días después que todos los centrales debían haber culminado
la molienda. Aunque como en años anteriores no se ha publicado la
cantidad de azúcar producida, en la reunión se reconoció que los
tropiezos de esta zafra fueron mayores que los discretos logros
obtenidos. Se supo, según el reporte de Sheyla, que la caña dejada de
moler por la arrancada tardía de 21 de los 46 centrales que
participaron, unido al bajo aprovechamiento de la capacidad potencial y
al incumplimiento de la eficiencia planificada, está entre las
principales causas del pésimo resultado.
En esta oportunidad, aunque se contó con toda la caña necesaria, al
punto que se ha molido más de la cantidad planificada, la producción de
azúcar se volvió a incumplir. En la fase industrial las capacidades se
aprovecharon solo al 60%, cifra incluso menor a la de la zafra
2010-2011, y por supuesto a la que estaba planificada para esta cosecha.
Si bien hubo un modesto sobrecumplimiento en la producción de azucares
blancos, en cuanto a la de blanco directo apenas se alcanzó el 8%.
Además, siete de los centrales que molieron después de varios años
inactivos, lo hicieron al 54% de su norma potencial, razón por la cual
se dejaron de producir por esa causa unas 27 mil 500 toneladas de azúcar.
A lo anterior se unen los bajos rendimientos por las condiciones
climatológicas del mes de mayo, pues 29 días después del cierre
programado, varios centrales continuaban moliendo en época de lluvia, lo
que acentúa el declive azucarero, que no es nada novedoso, pues el mismo
se inició hace más de dos décadas cuando la zafra 1998-1999 no pudo
sobrepasar los 3,8 millones de toneladas de azúcar, una cifra inferior a
la producida en 1920, fecha en que se sobrepasaron los 4 millones de
toneladas.
El fracaso es mayor si se tiene en cuenta que el país posee decenas de
centros docentes y de investigación agropecuarios en todo el territorio
nacional, que ha graduado miles y miles de ingenieros y técnicos en
estas ramas, que esta vez se contó desde el inicio de la zafra con la
casi totalidad de los recursos contratados para su ejecución y con caña
más que suficiente para cumplir el plan, todo lo cual indica la búsqueda
de los fracasos en otra dirección.
Las reformas relacionadas con la producción azucarera, como el resto de
las que se han implementado, ni tienen la profundidad que se requiere ni
avanzan a la velocidad que la situación demanda. Es evidente que la
falta de interés de los productores —los trabajadores, por los bajos
salarios; los propietarios, por las trabas que les imponen— está
presente tanto en los resultados de la actual zafra como en los fracasos
de las anteriores.
La esencia del problema radica en que las reformas introducidas por el
gobierno cubano nacieron subordinadas a la ideología y a los intereses
del poder, por tanto se han propuesto contra toda lógica conservar un
modelo obsoleto que ha demostrado fehacientemente su inviabilidad.
Los resultados adversos de la planificación centralizada, manifiestos en
la zafra 2011-2012, debería constituir un último aldabonazo, que llame
la atención definitivamente sobre los aspectos que las reformas han
soslayado hasta ahora, me refiero a la imperiosa necesidad de proceder a
cambios profundos que incluyan de una vez por todas la estructura de la
propiedad, pues medio siglo parece suficiente para delimitar el abismo
existente entre los jefes y los dueños; entre el ordeno y mando y la
participación de los trabajadores; aspectos que a su vez implican
reformas en el ámbito de los derechos y libertades para hacer válido lo
anterior.
Sería más útil proceder a esos cambios y no a continuar amenazando con
el dedo en alto a los "incumplidores", como apareció el lunes 29 de mayo
en la televisión cubana, uno de los funcionarios de alto nivel que
participó en la reunión de balance de la zafra diciendo: "¡Se los he
dicho!, tienen que cambiar", cosa a la que se han acostumbrado año tras año.
http://www.diariodecuba.com/cuba/11470-la-zafra-2012-o-el-ultimo-aldabonazo
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