Cebar pollos con confidencialidad, ¡qué cosas!
ELÍAS AMOR | Valencia | 24 de Junio de 2017 - 08:40 CEST.
Parece una guasa cubana, pero no lo es. Asombroso. Es una información
publicada en Juventud Rebelde que anuncia, a bombo y platillo, que "las
posibilidades de reanudar la ceba de pollo en Cuba están cercanas
gracias a acuerdos de confidencialidad con firmas extranjeras", según
fuentes del Departamento de Producción de la Dirección Avícola del Grupo
Ganadero, adscrito al Ministerio de la Agricultura.
Nada más y nada menos que "cebar pollos" con uno de los proyectos
incluidos en la famosa "cartera de oportunidades para la inversión
extranjera" que más de uno sigue intentando comprender, dada la
complejidad de los asuntos que se plantean en la misma. Al parecer, el
proyecto tiene como objetivo "un módulo de 10.000 toneladas de carne de
pollo o un poco más anualmente" (qué más da la cifra definitiva, tal vez
lo menos importante sea la cantidad exacta) y "que puede replicarse en
nueve empresas del país".
Según se afirma en Juventud Rebelde, y perdonen mi ignorancia, "el pollo
se ceba con una tecnología moderna a nivel mundial, por lo que para que
Cuba pueda competir con grandes productores, como EEUU y Brasil, tiene
que hacerlo con eficiencia; de lo contrario no sería viable desde el
punto de vista económico". Sorprendente. Cuba compitiendo a nivel
internacional en ceba de pollos.
La pregunta que surge, de forma inmediata, es: ¿pero acaso en Cuba no ha
existido un interés hasta ahora por la ganadería avina? La respuesta la
saben los cubanos. Con el racionamiento, el cuarto de pollo al mes daba
para estirarlo en varias comidas, y cuando se acababa, que era pronto,
había que resolver. Ahora, el régimen quiere superar el absurdo
racionamiento con un proyecto de inversión extranjera. Es como asumir
que en Cuba es imposible producir carne de ave para alimentar a la
población y lo que sobre, exportarlo. No. Es justo lo contrario. El
régimen comunista no creó incentivo alguno para promover la producción
de alimentos y la libre elección de los cubanos.
Antes de 1959 había pollo en Cuba para dar de comer a toda la población
y sobraba. Después se agotó. Pregúntense por qué. El régimen castrista
estaba en otras cosas. Ustedes ya saben, pero ahora, en 2017, y con la
situación económica en el límite, ya no se puede jugar más al bueno y al
malo. A ver cómo sale la operación.
De momento se lo están tomando con interés, a tenor de la información de
Juventud Rebelde. Parece que "se han firmado acuerdos de
confidencialidad y trabajo con varias empresas extranjeras, pues estos
emprendimientos se acometerán en sociedades mixtas".
Perdonen mi ignorancia, pero no sabía que para cebar aves se necesitara
"confidencialidad". No son células madre, ni tecnología disruptiva de la
cuarta revolución industrial: es cebar pollos para producir carne
suficiente para que la gente coma lo que quiera y cuando quiera, a
precios competitivos. ¿Es tan difícil hacer las cosas con normalidad en
la economía castrista?
A mí no me cabe la menor duda que Cuba cuenta, como se señala en
Juventud Rebelde, con técnicos y profesionales de gran experiencia en
esta actividad; así como con instituciones especializadas en
Investigaciones avícolas con más de 40 años de experiencia. Cuenta,
además, con una Empresa de Genética Avícola, surgida como parte del
Combinado Avícola Nacional, en 1964; y áreas con infraestructura
logística como viales, electricidad, pozos, cisternas y otras garantías.
Además, "aunque todas las provincias tienen experiencia para realizar la
referida actividad, pues en la década de los 80 del pasado siglo en el
país se producían cerca de 120.000 toneladas de carne de ave
anualmente", existe más concentración en unas que en otras, en función
de las plantas de incubación disponibles.
Sin embargo, lo que le falta a la economía cubana es espíritu de
empresa, libertad económica, derechos de propiedad privada y, por lo
mismo, menos injerencia del Gobierno en la economía. En definitiva, para
que un sector cualquiera de la economía cubana pueda funcionar hace
falta asumir que ese es el modelo que funciona como en el resto del
mundo, y no esa maraña de burocracia ineficiente que es el castrismo.
¿Cuándo se darán cuenta y despertarán de la pesadilla? No hay
alternativa. La economía tiene unas reglas que se tienen que se deben
conocer y cumplir. Las empresas mixtas que quieren crear con el objetivo
de sustituir las importaciones de más de 1.000 toneladas anuales de ese
producto que actualmente realiza el país son solo una pequeña gota que
no derrama el vaso. Hay que ir a más.
Este artículo apareció en el blog Cubaeconomía. Se reproduce con
autorización del autor.
Source: Cebar pollos con confidencialidad, ¡qué cosas! | Diario de Cuba
- http://www.diariodecuba.com/cuba/1498247368_32078.html
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