Comer carne, una de las cosas prohibidas en Cuba
08 de marzo de 2017 - 08:03 - Por IVÁN GARCÍA
A pesar de que una libra de carne vacuna cuesta el salario de tres días
de un profesional, no siempre se encuentra en el lucrativo comercio
subterráneo
EFE
LA HABANA.- Una tarde cualquiera, un vendedor clandestino de carne de
res, residente en el sureste de La Habana, le compró al por mayor varios
boliches a un "matarife" de vacas, para luego revenderlos en paladares
(restaurantes privados) y a vecinos del barrio con cierto poder adquisitivo.
Fileteó la carne según los cortes y comenzó a ofertar la libra al
equivalente de tres dólares. "Me voló. Por la noche ya no me quedaba ni
una onza. Cuando me cae la 'roja' (carne de res) la vendo enseguida. Es
que a los cubanos les gusta comerse un buen bistec con papas fritas y
acompañarlo con un vaso de jugo de naranja. Pero, brother, ese menú se
ha convertido en un lujo extravagante en Cuba", comenta el vendedor,
experto en los entresijos del mercado negro habanero.
A pesar de que una libra de carne vacuna cuesta el salario de tres días
de un profesional, no siempre se encuentra en el lucrativo comercio
subterráneo.
Ingenio
En la Isla existe una red de matarifes, carniceros y expendedores que
ganan suficiente dinero con la venta de la carne de res. "Todo empieza
cuando uno le echa el ojo a un novillo o una vaca sin mucha protección
en cualquier rincón de la campiña cubana. Entonces se planifica la
manera de darle guiso (sacrificarla) y transportarla a La Habana, que es
donde se puede vender a mejor precio. Con un torete de mil libra se
puede ganar entre 1.300 y 1.600 chavitos (cuc), unos 1.300 y 1.600
dólares al cambio, y al matarife, el transportista y los vendedores unos
cuantos kilogramos de carne les sale gratis", detalla un matador de
reses, oriundo de la región central del país.
Y explica que lo mismo matan un ternero, una vaca adulta que un caballo,
"lo que tenga cuatro patas y se mueva se va del aire. Eso sí, un
matarife con maña se cuida de no matar un ganado enfermo o con
brucelosis, pues si te coge la policía, además de los veinte años que
pide la Fiscalía por sacrificio de ganado vacuno, te añaden cinco o seis
extras por daños a la salud humana".
Respuesta
En 2013, el periódico Granma reportaba que más de 18.400 reses estaban
muriéndose de hambre y enfermedades en la provincia de Villa de Clara.
En abril de 2014, el órgano del Partido Comunista (y Gobierno) destacaba
que algo más de 3.300 vacas murieron en los tres primeros meses de ese
año en la provincia de Holguín y otros 69.000 se encontraban
desnutridas. Las autoridades locales culpaban a la sequía y según
Granma, 35.000 cabezas de ganado vacuno estaban recibiendo agua a través
de pipas, para atenuar los efectos de los meses sin lluvias.
Para Damián, extrabajador de un central azucarero que ahora sobrevive
vendiendo queso casero en la Autopista Nacional, "lo que ha ocurrido
aquí con el ganado es una irresponsabilidad, esos funcionarios deberían
estar presos. Pero siguen ahí, portando su carnet del partido y dando su
muela jorobada".
Jocosamente, Mario, campesino privado, señala que "Cuba es una mezcla
rara de marxismo con hinduismo: parece una religión que la gente no
pueda comer carne de vaca, con lo que le gusta al cubano. Aunque los
pinchos (altos funcionarios públicos) no paran de comerla, mírale las
caras y las barrigas, parece que se les va a explotar. Si les hacen
análisis de sangre la hemoglobina deben tenerla en mil".
En los años de Gobierno del autócrata Fidel Castro, cuando las personas
vestían con mezclilla Jiqui, camisas a cuadros Yumurí y zapatos de
pésima calidad, todo de fabricación nacional, la añeja libreta de
abastecimiento, que en marzo de 2017 cumplirá 55 años, otorgaba a los
nacidos en el país media libra de carnes de res cada nueve días.
"Luego el ciclo se alargó a una vez cada quince días, después una vez al
mes, hasta que silenciosamente fue desapareciendo del menú de los
cubanos. Igual que otras muchas cosas, como la leche, el pescado fresco,
los camarones, las naranjas y las mandarinas", recuerda un carnicero que
hizo bastante dinero vendiendo carne de res en bolsa negra a cuatro
pesos la libra en los años 80, y en este siglo XXI sobrevive lucrando
con picadillo ligado con soya.
Expectativas
En la última semana de febrero, se anunció una 'buena noticia' a la
población. Debido a la escasa producción agrícola, el Estado comenzó a
vender la papa nuevamente por la libreta.
"Es un dale pa'lante y dale pa'atrás. Hace cinco años la papa estaba
racionada. Hasta que un buen día, los 'sesudos del Gobierno', junto con
el chícharo, decidieron ofertar la papa por la libre. Entonces todo se
jodió, pues la papa se convirtió en un artículo suntuario. Si querías
comer puré de papas o papas fritas, había que dispararse una cola de
cuatro horas y soportar broncas y groserías, o comprar una bolsita de
nailon con diez papas a 25 pesos. Ahora que la vuelven a racionar, en el
noticiero de televisión dijeron que venderían 14 libras per cápita, dos
en el primer mes y seis en los restantes, pero en mi agromercado
(almacén local) nada más que dieron una libra, cinco miserables papitas
y va que chifla", dice Gisela, ama de casa.
Si le apetece un jugo de naranjas natural, prepare la billetera. "Una
naranja verde, casi sin zumo, cuesta tres pesos, si la encuentras. Un
saco de naranjas cuesta entre 140 y 200 pesos, la mitad del salario
mínimo. Siempre me pregunto por qué en los países regidos por el
marxismo o el socialismo que inventó Chávez en Venezuela, alimentarse se
vuelve una tortura", indaga Alberto, obrero de la construcción.
Y es que en Cuba usted no puede comer lo que desee, si no lo que aparezca.
Source: Comer carne, una de las cosas prohibidas en Cuba | Cuba -
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