Thursday, June 9, 2016

Aquellos mercados de La Habana

Aquellos mercados de La Habana
junio 7, 2016 4:50 pm por Jorge Luis González Suárez

Plaza, La Habana, Jorge Luis González, (PD) El tema de los mercados
agropecuarios está en el tapete. El asunto de la distribución de
productos y precios en estos lugares es comentario diario de la
población, extendido también a la prensa oficial, la radio y hasta el
segmento Cuba Dice del Noticiero de la Televisión Cubana.

Recordar algunos de los antiguos mercados de nuestra ciudad puede
llevarnos a comprender mejor la realidad actual de estos puntos
indispensables para la alimentación del pueblo.

El primer mercado, según recoge en su obra "La Habana, apuntes
históricos" el historiador Emilio Roig de Leuchsering, estuvo ubicado en
la Plaza de San Francisco. A petición de los frailes se trasladó para la
llamada entonces Plaza Nueva, hoy Plaza Vieja, que comprende las calles
Muralla, Mercaderes, San Ignacio y Teniente Rey, en el actual municipio
Habana Vieja.

La información que nos ofrece el libro nos dice que este espacio era "un
conjunto de tarimas de madera, cubiertas o descubiertas, para uso de los
expendedores". Esta descripción concuerda bastante con muchos de los
puntos de ventas que encontramos dispersos ahora por la capital.

El eminente analista señala como a partir de 1836 se construyeron
sólidas edificaciones de mampostería en el lugar mencionado y en otras
zonas de la ciudad para la venta de estas mercancías. Entre estos se
hallaban los de Cristina y el del Cristo.

El siglo antes mencionado se destacó por dos construcciones de gran
magnitud e importancia dedicadas a estos fines. El primero fue el
Mercado de Tacón, el cual sería identificado por la población como la
Plaza del Vapor, por tener una fonda donde estaba pintado en una pared
el vapor Neptuno, barco que iniciara los viajes entre La Habana y
Matanzas. Este lugar patrimonial fue demolido en los inicios de la
Revolución, producto de una de las tantas barbaridades hechas por
nuestras autoridades.

El segundo punto de trascendencia fue el Mercado de Colón, arquitectura
considerada como una obra maestra ubicado en la manzana que ahora ocupa
el Museo de Bellas Artes. Allí estuvo hasta 1947 en que fue clausurado.
Su destrucción es otro acto vandálico perpetrado contra objetos que
debieron ser conservados para nuestra historia.

La llegada de la república trajo la creación de nuevos establecimientos
de este tipo. En 1914 empezó a funcionar el Mercado de la Purísima
Concepción, muy cercano a las calles de Concha y Cristina. Este dejó de
prestar sus servicios a los pocos años y sus dependencias fueron
utilizadas en otros desempeños.

El más conocido en el siglo XX fue el Mercado General de Abasto y
Consumo o Mercado Único, aunque la población lo identificó como el
Mercado de Cuatro Caminos por su cercanía a este lugar. El mismo abrió
sus puertas en 1920 y el costo oficial de este edificio fue $ 1 175 000
pesos, suma bien elevada en su momento.

La concesión para su explotación por treinta años, prorrogada
posteriormente, estuvo en manos del senador Alfredo Hornedo, y la
característica distintiva que mantuvo fue carecer de viviendas, algo que
tenían sus grandes antecesores.

Recuerdo que iba con mi madre a dicho lugar donde ella adquiría los
productos frescos y muy baratos. Es cierto que allí reinaba la suciedad
y el mal olor pero había de todo al alcance de la mayoría de la población.

Con la llegada de la Revolución se produjo una limpieza del sitio pero
con la consiguiente escasez de mercaderías. El pueblo, ante la falta de
productos, en son de burla, lo bautizó con las siglas LPV, que no
significaban el lema "Listos para vencer, sino "Limpio pero vacío". Hoy
se encuentra tapiado y lo único que queda de él son las paredes y parte
del techo, en espera de que lo conviertan en una gigantesca shopping.

La última edificación fue la Plaza de Carlos III, convertida en estos
instantes en múltiples tiendas y boutiques que comercializan en divisa.
Fue concebida como un centro moderno con los adelantos de su tiempo.
Tuvo una corta duración al cerrarse con la llegada del gobierno
revolucionario, por considerarse "un lugar hecho para la burguesía".

Los múltiples agro-mercados estatales o de cuentapropistas
desabastecidos de hoy son una mala caricatura de estos enormes lugares
eliminados, en los cuales se podía adquirir todo lo necesario en materia
de productos agrícolas. Al que opine lo contrario le digo: amigo; a otro
con ese cuento.
jorgelibrero2012@gmail.com; Jorge Luis González Suárez

Source: Aquellos mercados de La Habana | Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/aquellos-mercados-de-la-habana/

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