Wednesday, November 4, 2015

El Biky, un nuevo espacio para la clase emergente

El Biky, un nuevo espacio para la clase emergente
ORLANDO PALMA, La Habana | Noviembre 04, 2015

En franca competencia con las esquinas que forman L y 23 o Galiano y
Neptuno, el punto donde se une la calzada de Infanta con San Lázaro, es
uno de los espacios emblemáticos de la capital cubana. Miles de personas
discurren cada día por el lugar junto al trasiego de ómnibus y
almendrones. A partir de este domingo un nuevo local gastronómico ha
quedado inaugurado en tan céntrico punto.

En una diagonal con el llamado Parque de los Mártires, el lugar atrae
las miradas de los paseantes. Recién pintado, con hermosas lámparas en
el portal y climatizado, El Biky abriga una cafetería-restaurante, una
panadería-pastelería, un bar y, en los altos, un restaurante gourmet
todavía en preparación. Atrás queda el abandono que durante años llevó a
esa populosa esquina a parecer un vertedero, aunque no siempre fue así.

En los años cincuenta del siglo pasado se ubicaba allí la exitosa
ferretería Vista Alegre, propiedad de Egusquiza y Torre, especializada
en locería, baterías de cocina y utensilios de jardinería. Años después
de ser nacionalizado, el inmueble se convirtió en una pizzería y en los
años noventa fue reabierto como un restaurante vegetariano.

Aquel programa de creación de centros gastronómicos para fomentar el
consumo de verduras y vegetales fue impulsado por el propio Fidel
Castro. La publicidad que el proyecto recibió en los medios oficiales
contrasta con el silencio que rodeó al cierre de cada uno de los
locales. El Pekín en la esquina de 23 y 12, El Jardín en la calle Línea
y tantos otros se degradaron al incluir carne de pollo en su menú, y
luego terminaron clausurados, olvidados hasta por su entusiasta promotor.

El Biky ha hecho resurgir de sus ruinas la vieja instalación. Sus
gestores ganaron una licitación por diez años, arrendaron el local y
recibieron un crédito bancario de 15 millones de pesos cubanos para la
remodelación, una tarea que estuvo a cargo de una brigada de
trabajadores por cuenta propia. Desde el inicio de las obras, se
especula sobre una posible conexión de los administradores de esta
cooperativa con el poder político.

Al mediodía de este lunes, los empleados cooperativistas se movían por
los extensos salones como si tuvieran algo muy urgente que hacer. A
diferencia de los sitios estatales, donde predomina la lentitud y en
ocasiones el menosprecio al cliente, los camareros del recién inaugurado
local mezclan la cortesía y el respeto, junto a un llamativo "sentido de
pertenencia".

Muchos de los clientes tienen la impresión de que se trata de un
restaurante administrado por el Estado, debido a la cantidad de mesas
disponibles y algunos detalles como el logotipo del lugar en la
cubertería y la vajilla. Pero la variedad del menú, con una oferta de
carnes rojas, pescado, mariscos y recetas de alguna sofisticación,
evidencian las trazas de un negocio privado.

En esto se parece a otros paladares de moda en La Habana, como Starbien,
Vistamar o El Cocinero, pero en El Biky la inversión parece mucho más
importante.

¿Quién estará detrás de todo este andamiaje?, se preguntan desde hace
meses los vecinos del barrio y los curiosos que se acercan para sentarse
a las mesas. Que un sitio marcado una vez por la impronta de una
"iniciativa del comandante" haya sido reconvertido en un experimento
raulista de las "formas no estatales de producción y servicio" da mucho
que pensar.

Los precios en la carta advierten que el lugar se orienta a la emergente
clase media que puede gastarse en un almuerzo para dos lo que un médico
gana en un mes. Un centro de filete de res cuesta 15 pesos convertibles
(CUC), mientras una pizza de queso asciende a 2,90 y los agregados
oscilan entre 0,50 por cebolla, tomate o pimiento y 5,00 si se opta por
la langosta. Una cerveza nacional alcanza el precio de 1,75, a medio
camino entre los sitios caros y los baratos.

El año próximo abrirá al servicio de la segunda planta, donde un
restaurante gourmet tendrá ofertas más especializadas pero sin etiqueta.
"No será necesario que nadie alquile corbatas a la entrada", aclara un
empleado cuando se le pregunta por el nivel de exclusividad del lugar.

De momento se come bien y a uno lo tratan con amabilidad, lo que se
agradece.

Source: El Biky, un nuevo espacio para la clase emergente -
http://www.14ymedio.com/sociedad/Biky-nuevo-espacio-clase-emergente_0_1882611733.html

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