Tuesday, September 15, 2015

Sin carne ni viandas, pero con el Che y los Cinco

Sin carne ni viandas, pero con el Che y los Cinco
"¿A quién se le ocurre escribir ¡Volverán! junto a una tarima vacía?
¿Qué es lo que volverá, la comida?"
martes, septiembre 15, 2015 | Ernesto Pérez Chang

LA HABANA, Cuba.- "Es una regulación. Hay que ponerlas
obligatoriamente", nos responde uno de los vendedores de un agromercado
de La Habana cuando le preguntamos por qué todos los puntos de venta de
la agricultura tienen a la entrada imágenes del Che Guevara o las cinco
caritas de los espías a los que el gobierno cubano ha dado tratamiento
de "héroes".

Aunque es obvia la respuesta en un país donde todo indica que
incrementar la propaganda ideológica del Partido Comunista es más
importante que salvar la economía, quisimos continuar indagando sobre
por qué especialmente en los mercados agropecuarios es que abunda este
tipo de "decoración" ―para llamarla de algún modo― que ya ha sacado
algunos chistes entre la gente.

La mala calidad y los altos precios de los productos que ofertan,
incompatibles con los bajos salarios estatales, la fama de ladrones y
estafadores que, con razón, se ha ganado el grueso de los trabajadores y
directivos de estos lugares, contrastan con el sentido del humor o la
escasa percepción del ridículo de las frases "revolucionarias" que
"adornan" el ambiente mercantil.

"A veces pienso que lo hacen adrede", dice un anciano jubilado que hace
sus compras en un agromercado del Cerro. "¿A quién se le ocurre escribir
¡Volverán! junto a una tarima vacía? ¿Qué es lo que volverá? ¿La comida
o los cinco héroes? (…) Han puesto la cabeza del Che al lado de una
cabeza de puerco. Hay un puesto cerca de aquí donde se les fue la mano
con la pintura roja y parece que los han decapitado a todos. (…) Los
otros días fui a comprar a un agro que está por la Dependiente y vi que
pasa lo mismo. (…) Al que se le ocurrió eso o es un arrebatado o es un
anormal con un entusiasmo sospechoso".

Para Coralia, un ama de casa que hace sus compras en un establecimiento
de Arroyo Naranjo, todo no es más que "un chiste": "No tiene otra
explicación. Vaya, es un chiste poner una tablilla con los precios
escandalosamente altísimos, un vendedor robándote a la cara y, para
colmo, frases de ¡Venceremos! ¡Tus ideas perduran! ¡Tu ejemplo vive! (…)
Yo me tengo que reír porque es absurdo el nivel de descaro al que hemos
llegado en este país. Yo no me había fijado en eso pero de verdad que es
divertidísimo ver una cabeza de puerco al lado de la cabeza del Che".

Aunque solicitamos información a varios administradores de agromercados
en La Habana, la mayoría rehusó comentar al respecto. Solo uno accedió a
responder, pero nos solicitó mantenerse en el anonimato por temor a las
represalia. El suyo es un punto de venta de cárnicos en el municipio
Arroyo Naranjo:

"Está establecido para todos los puntos de ventas que pertenecen a la
CCS (Cooperativa de Créditos y Servicios). (…) No es que yo haya mandado
a pintar eso, si me dejaran lo quito ahora mismo pero es que vienen y te
pintan los quioscos, quieras o no. (…) Yo trato de ponerle cajas delante
y colgarle cosas, tallos de plátano, sacos, para que no se vean pero
vienen los inspectores y te obligan a quitar todo. Tienes que tenerlo a
la entrada. Tiene que estar visible. A mí ya me da lo mismo porque la
gente lo que hace es reírse. (…) Al principio me daba pena porque los
socios me decían: "Oye, ¿después de viejo te metiste a comunista? Oye,
¿te metiste a chivatón? Pero todo el mundo sabe que yo no ando en eso y
que en toda La Habana es así. (…) A mí lo que me da roña es que en las
shopping [tiendas que venden en divisas] no pintan estos mamarrachos y
entonces obligan a los cuentapropistas a estas estupideces para hacerle
creer a la gente que estamos de acuerdo con todo y que estamos con esto.
(…) En Cuba la gente necesita comida, no bla bla bla".

Carlos, vendedor en un mercado agropecuario en Centro Habana nos ofrece
otros detalles: "los que otorgan los permisos para montar los puntos de
venta son la gente del gobierno [del Consejo Popular] y ellos son los
que determinan la propaganda que uno pone. Yo puedo vender y hacerle
propaganda a mis productos pero tengo que tener imágenes revolucionarias
al lado de todo eso, si no, me cierran el punto. (…) Los jefes de la
cooperativa lo hacen para congraciarse con la gente del gobierno que son
cuña del mismo palo porque son los que dirigen las cooperativas. (…)
Casi todos son militares retirados que tienen toda esa bazofia en la
cabeza. (…) Hay gente que me dice que yo pinté todo eso para estar en
buenas con la policía, y no es nada de eso. Yo no hago nada ilegal. Es
que si no lo pongo no me dejan vender, es así. Fíjate qué bobería, es mi
punto de venta y no puedo hacer lo que yo quiero".

A falta de un entusiasmo popular genuino y a sabiendas del desencanto
que impera en la población cubana debido a más de medio siglo de
fracasos, el propio gobierno se ha visto obligado a imponer por la
fuerza su propaganda ideológica para ofrecer, sobre todo a quienes no
conocen bien la realidad cubana, una imagen generalizada de conformidad
con ese viejo discurso político frente al cual, quienes están hartos de
él, ya no saben si echarse a reír o a llorar.

Source: Sin carne ni viandas, pero con el Che y los Cinco | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/sin-carne-ni-viandas-pero-con-el-che-y-los-cinco/

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